La palabra educación es extraordinaria. No existe ninguna duda de que la educación es a la sociedad lo que la salud es al cuerpo. Un mal sistema educativo es un anticipo de una sociedad enferma.
Soy fiel creyente del poder de la educación, debería ocuparnos siempre. Educación es que nuestros hijos e hijas puedan disfrutar de centros escolares donde existan recursos, donde los profesionales tengan compromiso de enseñar, ya no digo vocación, aunque considero que la profesión del docente precisa de ese componente para que su divulgación sea exitosa, todo lo que hagamos con pasión tendrá muchas posibilidades de alcanzar un buen fin, el de la educación a mi modo de ver, es conseguir formar personas para que tengan un óptimo desarrollo en sus vidas, parece sencillo, pero es una tarea compleja.
Creo que la faceta emocional es transcendental en el desarrollo educativo, conocer nuestras emociones y controlarlas es un eslabón fundamental, debemos invertir tiempo en ello y reconocer lo determinante que es una buena gestión de nuestras emociones, sin emoción no hay vida. Pongan la mirada en cada uno de sus alumnos y alumnas, háganles sentirse en las aulas alegres, cómodos e ilusionados.
Aprender es una necesidad, un privilegio y para ello se necesita que alguien te enseñe, por favor no hagan invisibles a las personas fascinantes, no cometan esa torpeza, hagan el esfuerzo y conozcan a sus alumnos, evolucionar en la vida pasa cuando alguien te da la confianza que necesitas, se lo agradecerán eternamente, descubran talentos, miren a los ojos a todas las personas que componen sus aulas, sentir que despertamos interés en los demás es un estímulo fundamental que provocará respuestas positivas en nuestro comportamiento.
Debemos cuidar el ejemplo que damos a nuestros hijos, tenemos que comunicarnos con ellos, no persigamos que consigan siempre los resultados más brillantes para que sean los mejores, busquemos su autonomía, evitemos comparaciones con el compañero de al lado, nos tenemos que acordar de que somos personas exclusivas en la vida, no siempre seremos los mejores, no supeditemos únicamente la felicidad o el bienestar a los logros obtenidos, digamos a nuestros hijos que alegrarse porque el compañero de al lado tenga buenos resultados es fantástico, aunque yo los haya tenido peores, sí, esa es la magia de las personas, lo que nos permite convertirnos en grandes seres humanos.
Acuérdense que los mejores de hoy pueden ser los malos de mañana, tengan eso presente, ofrezcan valores, no se enfaden porque sus hijos obtengan un 5 en un examen, o un 7 en vez de un 10, no lo hagan, la educación es otra cosa mucho más seria, los resultados académicos importan, pero solo son una parte , a veces ni siquiera la más relevante, no etiqueten, todos podemos cambiar, hablen a los chicos y chicas de la actitud, de la humildad, de la empatía, de la adversidad, del respeto, lo van a necesitar, no lo duden, aprendan y crezcan con ellos, todos seguimos siendo hoy una parte de aquel chico o chica que algún día fue a la escuela.
Necesitamos padres y madres, profesores, entrenadores que se conciencien de que el aprendizaje llega cuando la base del edificio está bien construida, a mi modo de ver, esa base se llama respeto, ahí empieza el camino de la educación, ahí comienza todo.
«El éxito es intentarlo»
@elcaminoderapeni Raúl Pérez Nieto