«DRÓGATE, PERO EN EL COCHE»

El habitáculo utilizado para realizar nuestros desplazamientos, a través del cual se producen innumerables accidentes con consecuencias fatales, provocados en un alto porcentaje por la influencia de las sustancias estupefacientes o psicotrópicas sobre el organismo de sus usuarios, ha sido declarado “espacio protegido para la humanidad”, con el fin de que se pueda hacer en su interior lo que se considere oportuno, es el nuevo lugar sin ley, añorado por muchos rebeldes sin causa desde épocas remotas.

Los que dicen ser servidores públicos tienen la amabilidad de enviar un mensaje claro y educativo a nuestros jóvenes: “Tranquilos chicos, fumar porros no es tan malo como os dicen en clase, eso sí, debéis consumirlos dentro del coche de papá o de mamá, quitadles las llaves con sumo cuidado cuando estén ocupados y os vais a pasar una fantástica tarde al interior del auto que están pagando a plazos, allí os podréis reír  de todos los que veis pasar a través de la ventana, incluyendo al policía que os cae fatal por el simple hecho de realizar su trabajo, no considerado de riesgo, de manera correcta y profesional. Después de vuestra dosis de ingesta de sustancias mágicas, vuestro cerebro os impulsará a daros una emocionante vuelta sobre ruedas por la ciudad con la música a todo volumen, viviréis una experiencia inolvidable, gentileza de vuestros generosos y responsables gobernantes”.

Reitero que tienen la obligación de hacer políticas a favor de la salud colectiva, tengan claro que no van a vulnerar ningún derecho fundamental por no facilitar el consumo de sustancias nocivas y sin embargo, las familias, las madres y los padres que están destrozados, que sufren de insomnio por esta lacra se lo van a agradecer. No estoy construyendo un relato dramático e interesado para obtener notoriedad, para eso ya están ustedes y existen otros canales, pero tengo el convencimiento de que la relación con las sustancias tóxicas es destructiva para las personas de derechas, de centro y de izquierdas. No todo vale, me produce gran preocupación la deriva moral de este gran país, se han rebasado límites que nunca hubiéramos imaginado, todo ello motivado por sus intereses personales y partidistas.

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